Presente, pasado y futuro de la violencia en Colombia

Desarrollo Economico

Volumn 36, Issue 144, 1997, Pages 891-929

  Pecaut, Daniel ^a  

^a ÉCOLE DES HAUTES ÉTUDES EN SCIENCES SOCIALES   (France)

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SOCIAL CHANGE; VIOLENCE;

COLOMBIA;

EID: 0031465288     PISSN: 0046001X     EISSN: None     Source Type: Journal    
DOI: 10.2307/3467131     Document Type: Article

References (51)

1. Eslos datos han sido tomados de F, GAITÁN DAZA: "Una indagación sobre las causas de la violencia en Colombia", en M. DEAS Y F. GAITÁN DAZA. Dos ensayos espoculativos sobre la violencia on Colombia, Bogotá, FONADE y Departamento Nacional de Planeación, 1995, pp. 268-269. Las cifras correspondon a los años 1986-1989, excepto las referidas a Colombia, que cubren el període 1987-1992.
2. Ver A. CAMACHO Y A. GUZMÁN: Ciudad y violencia, Bogotá, 1990.
3. C. ECHANDIA Y R. ESCOBEDO, op. cit.
4. L. SARMIENTO, op. cit., p. 381.
5. Porcentajes establecidos por C. ECHANDIA, en el artículo citado de El Tiempo.
6. C. ECHANDIA Y R. ESCOBEDO, op. cit., p. 95.
7. Según ECHANDIA en el informe citado.
8. C. ECHANDIA: "Colombie: l'accroissement récent de la production de pavot", Problèmes d'Amérique Latine, No 18, julio-setiembre 1995, pp. 41-72.
9. Ver C. ECHANDIA: "Colombie: dimension économique de la violence et de la criminalité". Problèmes d'Amérique Latine, No 16, enero-marzo 1995, p. 74.
10. Además del informe y los artículos de C. Echandia, la nueva geografía de la violencia ha sido notablemente analizada por A. REYES POSADA, tanto desde la perspectiva tradicional de los conflictos sociales (ver en colaboración con A. M. BEJARANO: "Conflictos agrarios y luchas armadas en la Colombia contemporánea", Análisis Político, No 5 setiembre-diciembre 1988, pp. 6-27) , como desde aquella del reparto de los grupos paramilitares; ver "Paramilitares en Colombia: contexto, aliados y consecuencias", Análisis Político, No 12, enero-abril 1991, pp. 35-41.
11. Además del informe y los artículos de C. Echandia, la nueva geografía de la violencia ha sido notablemente analizada por A. REYES POSADA, tanto desde la perspectiva tradicional de los conflictos sociales (ver en colaboración con A. M. BEJARANO: "Conflictos agrarios y luchas armadas en la Colombia contemporánea", Análisis Político, No 5 setiembre-diciembre 1988, pp. 6-27) , como desde aquella del reparto de los grupos paramilitares; ver "Paramilitares en Colombia: contexto, aliados y consecuencias", Análisis Político, No 12, enero-abril 1991, pp. 35-41.
12. Ver A. MONTENEGRO: "Justicia y desarrollo", Documento del Departamento Nacional de Planeación, abril 1994.
13. Ver F. GAITÁN DAZA, op. cit., p. 253.
14. M. RUBIO: "Crimen y crecimiento en Colombia". Coyuntura Económica.
15. Ibid.
16. Ver P. KOPP: "Colombie: Traffic de drogue et organisations criminelles". Problemes d'Amérique Latine, No 18, julio-setiembre 1995, pp.21-41.
17. Si fuera necesario establecer una fecha de ingreso a la violencia, nosotros propondríamos setiembre de 1977, cuando una huelga general degeneró en Bogotá en una revuelta, con un balance de una veintena de muertos. Es en esa ocasión que la radicalización de ciertos sectores de la sociedad se volvió perceptible.
18. Es la noción que se encuentra en el centro del libro de J. HARTLYN: The Politics of Coalition in Colombia, Cambridge, Cambridge University Press, 1988.
19. Una interpretación de este tipo se encuentra especialmente en el libro de F. LEAL BUITRAGO: Estado y política en Colombia, Bogotá, Siglo XXI, 1989. Para un análisis reciente del Frente Nacional, consultar M. PALACIOS: Entre la legitimidad y la violencia, Colombia 1875-1994, Bogotá, Norma, 1995.
20. Una interpretación de este tipo se encuentra especialmente en el libro de F. LEAL BUITRAGO: Estado y política en Colombia, Bogotá, Siglo XXI, 1989. Para un análisis reciente del Frente Nacional, consultar M. PALACIOS: Entre la legitimidad y la violencia, Colombia 1875-1994, Bogotá, Norma, 1995.
21. Un estudio electoral muestra que, entre 1958 y 1972, 882 municipios sobre 973 habían conservado el mismo "color" partidario y que 306 municipios votaban siempre en una proporción superior al 80 % por el mismo partido. Ver P. PINZON DE LEWIN: Pueblos, regiones y partidos, Bogotá, CEREC, 1989.
22. El momento en el que la polarización política pareció inminente fue durante el gobierno de J. C. Turbay Ayala (1978-1982). La adopción de medidas represivas se cuentan entre las causas de esta situación, pero fue especialmente el desprecio de las capas "modernas" hacia un líder que simbolizaba el clientelismo del pasado.
23. Es también el caso de algunos sectores del campesinado que no toleraban que una guerrilla como el EPL quisiera hacerlos volver a una economía de subsisiencia.
24. "Pájaros" es el nombre que se daba a los asesinos a sueldo que sembraron el terror, a cuenta de los conservadores, en el Valle del Cauca. Ver D. BETANCOURT Y M.GARCÍA: Matones y cuadrilleros. Origen y evoíución de la violencia en el occídente colombiano, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1991.
25. Acerca de la complementariedad del orden y de la violencia, ver D. PÉCAUT: L'ordre et la violence, Evolution socio-politique de la Colombie entre 1930 et 1953, París, Editions de I'EHESS, 1987.
26. Ver F. GONZÁLEZ G.: "Aproximación a la configuración política de Colombia", en VARIOS AUTORES: Un país en construcción, Bogotá, CINEP, 1989, pp. 10-72.
27. Ver J. GUERRERO: Los años del olvido, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1991.
28. Fueron las FARC las que, desde un comienzo, enmarcaron las zonas de cultivos. La otras guerrillas han cooperado todas, en uno u otro momento, con la economía de la droga, pero sin establecer un lazo demasiado fuerte.
29. "Muerte a los secuestradores". Los narcotraficantes creían de esta manera reaccionar contra el secuestro de un miembro de la familia Ochoa por parte del M19.
30. Ver C. MEDINA GALLEGO: Autodefenses, paramilitares y narcotráfico en Colombia. Origen, desarrollo y consolidación. El caso "Puerto Boyacá", Bogotá Editorial, Documentos Periodísticos, 1990.
31. Ver J. E. JARAMILLO, L. MORA Y F. CUBIDES: Colonización, coca y guerrilla, Bogotá, Alianza Editorial Colombiana, 1989.
32. Un análisis fue presentado en el numéro del 17 de julio de 1995 de la revis la Cambio 16.
33. El peso valía ahora aproximadamente 0,8 centavos.
34. Se encontrará un razonamiento similar, pero aplicado al funcionamiento del conjunto de la economía colombiana aún antes del surgimiento de la economía de la droga en E. REVEIZ: Democratizar para sobrevivir, Bogotá, Poligrupo Comunicación, 1989. Asimismo, en relación con la economía de la droga, F. THOUMI propone un análisis comparable en Economía, política y narcotráfico, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1994.
35. Se encontrará un razonamiento similar, pero aplicado al funcionamiento del conjunto de la economía colombiana aún antes del surgimiento de la economía de la droga en E. REVEIZ: Democratizar para sobrevivir, Bogotá, Poligrupo Comunicación, 1989. Asimismo, en relación con la economía de la droga, F. THOUMI propone un análisis comparable en Economía, política y narcotráfico, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1994.
36. D. GAMBETTA ha analizado la mafia italiana enfocándola como una institución encargada de preservar la confianza en las transacciones en el seno de una sociedad dominada por la desconfianza. Ver The Sicilian Mafia. The Business of Private Protection, Cambridge (Mass.), 1993. Nosotros razonamos en el sentido inverso, como si los actores colectivos e individuales debieran contar con la desconfianza.
37. Los "carteles" pusieron en marcha sistemas de seguros para cubrir los riesgos de la exportación.
38. Ver A. SALAZAR Y A. M.JARAMILLO: Las subculturas del narcotráfico, Bogotá, CINEP, 1992; y A. SALAZAR: No nacimos pa'semilla, Bogotá, CINEP, 1993.
39. Ver A. SALAZAR Y A. M.JARAMILLO: Las subculturas del narcotráfico, Bogotá, CINEP, 1992; y A. SALAZAR: No nacimos pa'semilla, Bogotá, CINEP, 1993.
40. Ver Ch. GROS: "L'Etal et les communautes indigènes en Colombie: autonomie et dépendance", París, Document de recherche du CREDAL, No 219, junio 1990.
41. A. PENAIE: "Arauca: politics and oil", Tesis de maestría, St. Antony's College, Oxford, 1991.
42. Ver el testimonio de C. E. CORREA JARAMILLO, S. J.: Y Dios se hizo paz en la vida de su pueblo, Bogotá, Ediciones Antropos Ltda., 1991
43. Sobre las masacres, ver M. V. URIBE Y T. VÁSQUEZ: Enterrar y callar, Bogotá, Comité Permanente por la Defense de los Derechos Humanos, 1995.
44. Nombre que tomó la fracción del EPL que se convirtió en partido político.
45. Los diversos trabajos de A. MOLANO, fundados en la roconstrucción de relates de vida, brindan visiones muy esclarecedoras sobre este punto. Ver, per ejemplo, Siguiendo el corte, Bogotá, El Ancora Editores, 1989.
46. Para una reflexión sobre estas negociaciones por parte de alguien que tuvo un papel importante en ellas, ver J. A. BEJARANO: Una agenda para la paz, Bogotá, Tercer Mundo Editores, 1995.
47. Es la conclusión a la que Ilegan los economistas F. Gaitán y A. Montenegro que hemos cítado más arriba.
48. El mismo fenómeno estuvo presente cuando se discutió la aplicación del Protocole II de la Convención de Ginebra. Aun si este protocole no prevé de ninguna manera el reconocimiento de los "insurgentes" como parte beligerante, el gobierno colombiano prolongó la decisión de firmarlos por temor a que las guerrillas no pudiesen dirigirse con más facilidad a la opinión intemacional para denunciar los "excesos" de las fuerzas del orden. Ahora que el gobierno Io firmó, es la guerrilla la que terne que sus propios excesos no sean divulgados.
49. Ver J. A. BEJARANO: "Democracia, conflicto y eficiencia económica", en J. A. BEJARANO: Construir la paz, Bogotá, Presidencia de la República, 1990, pp 143-171.
50. Muchos de los hijos de los narcotraficantes de Cali han hecho brillantes esludios en los Estados Unidos o en Gran Bretaña. En una generación la integración puede estar concluida.
51. Las dos figuras más simbólicas de las FARC-EP y del ELN tienen más de setenta años. Es sabido que las organizaciones cerradas tienen dificultades para controlar los problemas de sucesión.